Humillación

David Abuchar Luna
4 min readNov 20, 2020

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Probablemente nunca sabremos lo que realmente sucedió al interior de la Selección Colombia en esta doble jornada. Y la gran mayoría ya salió a pedir la cabeza del técnico. ¿Pero fue solo un problema de técnico?

El balance de Queiroz antes de la inexplicable doble jornada me atrevo a decir no solo que era bueno, sino muy bueno. Los números lo ratifican, el estilo de juego parecía una mejora sobre lo que hizo Pekerman. Un equipo más vertical, más veloz, más osado. Invariablemente parado 4–3–3 sin importar el rival, siempre con la premisa de atacar.

Recordemos que Queiroz tomo la manija del equipo hace ya casi dos años — -Feb de 2019 — , ganó tres de los cuatro primeros partidos preparatorios para la Copa America 2019. Y en la Copa America ganó los tres partidos de la primera ronda, incluido el duelo contra Argentina, a la que venció con autoridad (y no le ganabamos desde 2007). Salió eliminado en segunda ronda por penales frente a Chile, sin haber perdido ningún partido.

Su rendimiento en los amistosos del segundo semestre del año pasado fueron buenos tambien: tres empates (uno con gran presentacion ante Brasil), dos victorias y una derrota. Y las dos primeras fechas de la eliminatoria también dejaron un buen balance. Triunfo claro de local contra Venezuela y empate como visitante frente a Chile.

Habría que comparar cifras pero tengo la impresión también de que Queiroz hizo debutar más jugadores que técnicos anteriores en un mismo periodo de tiempo. Bajo su mando da la sensación de que cualquiera que tenga un buen presente en una liga competitiva, sin importar su renombre o trayectoria, tendrá la oportunidad de ser llamado a la selección (meritocracia que llaman); aunque también hay que decirlo, hoy tenemos más jugadores que nunca en torneos internacionales de nivel.

¿Qué hay detrás de esta bochornoso desempeño? Sin lugar a dudas Queiroz tiene una parte de la responsabilidad. Es incomprensible que su respuesta al verse por debajo en el marcador sea siempre meter todos los jugadores ofensivos que tiene. Como si más atacantes fuera equivalente a generar más peligro. Claramente genero más peligro pero en nuestro arco. Con el agravante de que pareciera que desconoce que la eliminatoria es un torneo que se juega por puntos, donde la diferencia de gol puede definir si se va o no al mundial.

Pero estoy convencido que esos errores no lo explican todo. Las cara de los jugadores en Quito era la de fantasmas. De cuerpo estaban pero de alma no. ¿Qué más pudo suceder? ¿Una pelea entre jugadores? ¿O entre algunos jugadores y el técnico? Dudo que la segunda sea la respuesta. Para hacerle “el cajón” a un técnico, no hace falta pasar una vergüenza así.

No puedo dejar de pensar que las selecciones en cierto modo son el reflejo de lo que son los países. Brasil su alegría, Alemania su estructura, Italia su estrategia. Bajo esa óptica, el resultado de la doble jornada es el reflejo del momento que vive el país. Nefasto. Que nueve jóvenes mueran por quemaduras y/o inhalación de humo en una estación de policía y peor aun, que el escándalo se descubra solo dos meses después de ocurrido, lo dice todo.

Estas crisis no suceden porque sí. A Brasil no lo habían humillado nunca en un mundial como lo hizo Alemania 7–1, mucho menos siendo anfitrión. ¿Cual era el trasfondo? Un país convulsionado que había salido masivamente a las calles a manifestarse en contra de la organización de un mundial cuando la cuarta parte de la población no tenía qué comer.

Lo que voy a decir podrá no gustarle a muchos y no creo que sea el sentimiento de los jugadores, al menos no conscientemente, pero yo no me sentiría orgulloso de defender los colores de un país como el que es Colombia hoy. No olvidemos que nuestros jugadores son lo que son no gracias al país, sino a pesar de él. Un país que lo tiene todo para ser un paraíso y en cambio es un infierno para una parte importante de su población.

Sacar al técnico es la salida fácil, y como somos facilistas, es lo más probable que ocurra. Pero dudo mucho que esa sea la solución. Arreglar el país tampoco parece factible en el corto plazo. Lo único que queda es pedirle a los jugadores, como lo hizo el Pibe, que se unan. Que saquen adelante esto por ellos, sus familias y por su amor propio. El orgullo patrio pueden dejarlo para otro momento.

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David Abuchar Luna

Colombian living in Brussels. I write about current affairs and football/ Colombiano viviendo en Bruselas. Escribo sobre actualidad y fútbol.